Cuatro películas para pensar del año 1945
En el año 1945 se hicieron varias películas buenas, entre toda aquella inspiración “Que el cielo la juzgue”, “Perversidad”, “La mujer del cuadro” y “Detour” resaltaron nítidamente.
Que el cielo la juzgue (Leave her to heaven)
(Dirigido por John M. Stahl – USA 1945)
De todas las debilidades humanas, los celos son lo peor.
Un hombre llamado Dick (Cornel Wilde) llega a un lugar donde sólo observamos un lago y pura vegetación. Ha regresado de algún lugar, dicen que es peor que el infierno, la gente a su alrededor lo reconoce y bajan la cabeza, no quieren ni mirarlo de frente. El único que le da la bienvenida y le da una lancha para que vaya a su casa es su abogado Glen Robie (Ray Collins).
Este abogado comienza a contarnos la historia de la vida de Dick. Ahí empezamos a ver como el afamado escritor Dick Harland conoció a la joven y bella, por no decir bellísima, Ellen Berent (Gene Tierney), dueña de unos ojos celestes y una mirada penetrante increíble, su cabello parece sacado de otro planeta, no parece humana por ser tan terriblemente bella. En un tren Ellen leía un libro de Dick que coincidencias de la vida estaba frente a ella, es de este modo que conversan, de arranque observamos que hay un deseo mutuo. Por esas cosas extrañas de la vida, pero a la vez tan reales porque pasan, ambos se dirigen al Rancho Jacinto propiedad del abogado Glen. Ella se dirige para pasar unos días con su mamá y su hermana Ruth (Jeanne Crain). Dick va a relajarse e inspirarse para un próximo libro. Cuando Robin hace las presentaciones de Ruth y Ellen a Dick. Estos dos últimos ya se conocieron en el tren, pero Ruth recién es la primera vez que lo ve y expresa un gesto de alegría.
Ellen hace de todo para concitar la atención de Dick. Lo logra rápidamente. Es más cuando no la ve, la busca por todos lados, quizá le ha pasado algo malo piensa y manifiesta a la mamá de la Sra. Gerente y al Sr. Robin. Pasado unos días, Ellen se las arregla para aparecerse a Dick cuando él se encuentra escribiendo junto a una laguna que se encuentra en el rancho, además de carita bonita, Ellen tiene un cuerpazo. Es más en ese momento ella le confiesa a Dick que ya termino su noviazgo y que esta solita, lo mira de una forma que Dick termina embobecido. Horas más tarde llega al rancho el ex novio Russell Quinton (Vincent Price) y ella comparte la noticia con todo el rancho que se va casar con Dick. Lo peor de todo es que ni Dick estaba enterado que se encontraba de novio con ella, a lo más era un romance de días, lo agarra frío la noticia pero luego ella lo calienta de tal forma que ya piensa en el próximo matrimonio. Russell totalmente abatido con la noticia le dice a Ellen: “No soy un hombre que ama a menudo. Soy un hombre que ama una vez”.
Para Dick, Ellen es una mujer totalmente impredecible y eso le gusta inicialmente. Sin embargo, ni bien ha empezado el matrimonio y la convivencia, ella no quiere sirvientas, camareras ni nadie que estorbe esa unión de él y ella. Ellen dice: “No permitiré que nadie además de mi, haga algo por ti”. Dick bromeando piensa que ella quiere ser su esclava personal. No sabe todo lo que va ocurrir luego. Ellen es una mujer audaz, capaz de todo, de mentir, sobornar, y hasta de matar por tener a Dick sólo para ella. La última hora de la película es realmente sensacional. Por qué no hacen películas así ahora en Hollywood.
Perversidad (Scarlet Street)
(Dirigido por Fritz Lang – USA 1945)
¿Cuánto tiempo te lleva pintar un cuadro?
A veces un día. A veces un año. No se puede decir, un cuadro va brotando.
¿Es que un cuadro puede brotar?
El sentimiento si. Eso es lo importante, el sentimiento. Y yo por ejemplo, bueno, a mi nadie me enseño a dibujar. Trazo una línea alrededor de lo que siento al ver las cosas.
Si entiendo.
Es como …. enamorarse, supongo. Ya sabes. Conoces a alguien que se va haciendo importante hasta que no puedes pasar sin él. Yo creo que el arte es así. Cada cuadro puede ser una historia de amor.
El veterano contador Christopher Cross (Edward G. Robinson) recibe en una reunión, un reloj de oro con 17 rubíes por sus 25 años de trabajo. Su jefe lo llama viejo y leal amigo. Al despedirse, tanto Christopher como sus amigos de trabajo ven como el jefe se va con una joven rubia, que no es su esposa, a “pasarla bien”. Horas más tarde, el viejo Christopher conversa con un amigo y le comenta: ¿Cómo será que te quiera una preciosidad como esa?. Esa misma noche Christopher conoce a Katherine March (Joan Bennett) en una situación confusa, ella esta siendo golpeada y hasta pateada por un hombre. Christopher va con su paraguas a defender a la mujer. Él hombre huye, ellos dos están por tener una larga charla llena de mentiras por parte de ambos. Ella dice ser actriz cuando en realidad es prostituta y quien le pegaba era su caficho y amante Johnny (Dan Duryea) por sólo haber conseguido 15 dólares esa noche. Christopher dice ser pintor cuando esa es sólo su gran pasión y afición, pero el tiempo lo dedica a ser contador en una gran empresa, hay otro detalle él es un hombre casado.
A partir de esa noche Christopher cree que la esta enamorando y a la vez enamorándose de Katherine. Pero las cosas no son así, Jhonny se ha enterado de la existencia de Christopher y la convence a Katherine que le saque el mayor dinero posible y que además le ponga un departamento. Christopher esta haciendo realidad sus sueños locos de estar con una preciosidad a costa de robar en su empresa y robarle a su esposa.
Christopher no es feliz con su esposa, ella le hace lavar los platos, preparar la comida, le para regañando por hacer pinturas que según ella son horribles. Christopher esta harto de ella.
Por su parte Katherine es constantemente maltratada, cacheteada, humillada por Johnny pero eso a ella le gusta, le fascina Johnny y eso lo aprovecha él para sacarle plata a ella a través del viejo Christopher.
Un día a Christopher se le ocurre que se puede casar con Katherine. Pero él esta casado, sin embargo algo puede pasar, como él mismo dice. La película cobra un ritmo impresionante, Christopher cada vez es más ingenuo, Katherine cada vez más embustera y Johnny cada vez más basura. El final de la película realmente es uno de los más inesperados del cine, quedara grabado en las retinas para siempre.
La mujer del cuadro (The woman in the window)
(Dirigido por Fritz Lang – USA 1945)
A nuestra edad no debemos embarcarnos en aventuras que no podríamos soportar. En la fiscalía del distrito vemos lo que les pasa a ciertos hombres maduros que actúan como chicos. Y no bromeo al decir que en el momento menos pensado pueden surgir verdaderas tragedias de cualquier descuido, de cualquier minucia. Un impulso casual, una aventurilla, una copa de más. Los problemas empiezan por tonterías. Y a menudo por una tendencia latente.
El profesor Richard Wanley (Edward G. Robinson) enseña aspectos psicológicos del homicidio en el Golham College. Por unos días, su esposa e hijos salen de la ciudad. Richard camina por la ciudad luego de despedir a su esposa. De pronto observa un cuadro de una mujer que para su consideración es hermosísima. Dos amigos suyos lo ven en la calle así mirando el cuadro embrutecidamente y se ríen. Le dicen que ellos vieron primero el cuadro. Richard se pregunta quien será esa mujer. Por la noche vuelve en solitario a admirar la pintura y aparece la mujer (Joan Bennett) en persona. Parece una extraña coincidencia. Pareciera que surgiera una química en la conversación, al cabo de un par de horas están en el departamento de ella. Toman un par de copas, Richard nunca ha sido de aventuras pero ahora pareciera estar metido en una. Lo esta disfrutando hasta que la puerta se abre súbitamente y entra un hombre y los encuentra a los dos juntos. A ella le pega, a él lo comienza a tomar del cuello y proceder a querer asfixiarlo. La mujer le da una tijera puntiaguda al casi asfixiado Richard, él la clava en la espalda de dicho hombre una y otra vez. El hombre ha muerto, Richard se ha convertido en asesino, la mujer del cuadro en su cómplice. Richard que es experto en temas de homicidios traza un plan para que no se descubra la verdad, la idea es que no hayan testigos sin embargo hay un ex policía (Dan Duryea) que lograra descubrirla y empezara a chantajearlos. Richard piensa que se tiene que dar un nuevo homicidio, el del ex policía. Un problema le ha llevado a otro problema y así sucesivamente, logra salir bien de todo esto o como dicen lo que empieza mal, termina mal.
Otra vez Fritz Lang juntando a los 3 actores de Perversidad, o sea Robinson, Bennett y Duryea, creando una historia que cobra intensidad minuto a minuto.
Detour
(Dirigido por Edgar Ulmer – USA 1945)
Mi madre me enseño a no hablar con desconocidos.
Un hombre camina por la carretera en la oscuridad de la noche. Se llama Al Roberts (Tom Neal). En un rato más lo vemos en un café, con el rostro sudado, sin querer conversar con nadie, con la mirada triste, de pronto escucha en la rockola la canción “No puedo creer que estés enamorado de mi”. Ahí empieza la historia de Al, de pronto lo vemos tocando el piano, elegantemente vestido. Una rubia llamada Sue (Claudia Drake) canta la canción y lo acaricia, mientras la gente baila al compás de la melodía.
Al suele tocar a Chopin cuando el antro donde trabaja está vacío. Sue lo observa y lo admira. Salen a caminar y ella le cuenta que piensa ir a probar suerte a Hollywood, justo un rato antes él le dice porque no se casan. Ella le dice que primero “tienen que prosperar”. Para Al que ella se vaya a la meca del cine es lo más estúpido que ha oído en su vida y que ella esta tirando por la borda los planes de ambos. Ella dice quererlo, él ya no esta convencido.
Sue se marcha a Los Angeles. Al comienza a deprimirse. La solución que se le ocurre es irse también a Los Angeles, pero para lograr dicho propósito debe tirar dedo en la carretera. No tiene suficiente dinero para lograr su cometido de reunirse con Sue y casarse. Empieza entonces a tirar dedo y conoce todo tipo de gente, es conciente que es peligroso eso de estar de acompañante de un conductor desconocido. Una mañana le para un carro conducido por un hombre que acaba de ser agredido por una mujer. El chofer le habla sobre mujeres, sobre su trabajo y hasta de sus traumas de niñez. Al se limita a escucharlo y dar retroalimentación cada cierto tiempo. Se detienen a comer. Luego cambian de roles y Al es el conductor, pasan unas horas y lo ve al dueño del carro dormido. Como esta lloviendo, detiene el carro, y cuando va a subir la capota descubre que el dueño del carro se encuentra muerto. Lo primero que se le ocurre es tomar su identidad, su ropa, su billetera, todo incluido el carro. Sigue su camino hacia Los Angeles. Pasan como dos días cuando encuentra a una mujer que esta tirando dedo en el camino, se le ocurre subirla al carro. La mujer dice llamarse Vera (Ann Savage) y es el inicio, por no decir la continuación, de las pesadillas de Al. Esta mujer resulta ser la que lo había agredido al fallecido dueño de ese auto. Y ahora ¿qué va pasar con Al?. Vera empieza a decirle todo lo que va hacer de ahora en adelante. Se convierte en su jefa, se averigua la vida del muerto y descubre que tiene dinero, pone en marcha ideas para quedarse con el dinero del finado. Al ya esta en Hollywood pero es prácticamente el rehén de ella. No sabe como escapar y cuando lo intenta hacer, una nueva desgracia ocurre en su vida.
Nuevamente el suspenso se apodera de un clásico de los film noir.
Que el cielo la juzgue (Leave her to heaven)
(Dirigido por John M. Stahl – USA 1945)
De todas las debilidades humanas, los celos son lo peor.
Un hombre llamado Dick (Cornel Wilde) llega a un lugar donde sólo observamos un lago y pura vegetación. Ha regresado de algún lugar, dicen que es peor que el infierno, la gente a su alrededor lo reconoce y bajan la cabeza, no quieren ni mirarlo de frente. El único que le da la bienvenida y le da una lancha para que vaya a su casa es su abogado Glen Robie (Ray Collins).
Este abogado comienza a contarnos la historia de la vida de Dick. Ahí empezamos a ver como el afamado escritor Dick Harland conoció a la joven y bella, por no decir bellísima, Ellen Berent (Gene Tierney), dueña de unos ojos celestes y una mirada penetrante increíble, su cabello parece sacado de otro planeta, no parece humana por ser tan terriblemente bella. En un tren Ellen leía un libro de Dick que coincidencias de la vida estaba frente a ella, es de este modo que conversan, de arranque observamos que hay un deseo mutuo. Por esas cosas extrañas de la vida, pero a la vez tan reales porque pasan, ambos se dirigen al Rancho Jacinto propiedad del abogado Glen. Ella se dirige para pasar unos días con su mamá y su hermana Ruth (Jeanne Crain). Dick va a relajarse e inspirarse para un próximo libro. Cuando Robin hace las presentaciones de Ruth y Ellen a Dick. Estos dos últimos ya se conocieron en el tren, pero Ruth recién es la primera vez que lo ve y expresa un gesto de alegría.
Ellen hace de todo para concitar la atención de Dick. Lo logra rápidamente. Es más cuando no la ve, la busca por todos lados, quizá le ha pasado algo malo piensa y manifiesta a la mamá de la Sra. Gerente y al Sr. Robin. Pasado unos días, Ellen se las arregla para aparecerse a Dick cuando él se encuentra escribiendo junto a una laguna que se encuentra en el rancho, además de carita bonita, Ellen tiene un cuerpazo. Es más en ese momento ella le confiesa a Dick que ya termino su noviazgo y que esta solita, lo mira de una forma que Dick termina embobecido. Horas más tarde llega al rancho el ex novio Russell Quinton (Vincent Price) y ella comparte la noticia con todo el rancho que se va casar con Dick. Lo peor de todo es que ni Dick estaba enterado que se encontraba de novio con ella, a lo más era un romance de días, lo agarra frío la noticia pero luego ella lo calienta de tal forma que ya piensa en el próximo matrimonio. Russell totalmente abatido con la noticia le dice a Ellen: “No soy un hombre que ama a menudo. Soy un hombre que ama una vez”.
Para Dick, Ellen es una mujer totalmente impredecible y eso le gusta inicialmente. Sin embargo, ni bien ha empezado el matrimonio y la convivencia, ella no quiere sirvientas, camareras ni nadie que estorbe esa unión de él y ella. Ellen dice: “No permitiré que nadie además de mi, haga algo por ti”. Dick bromeando piensa que ella quiere ser su esclava personal. No sabe todo lo que va ocurrir luego. Ellen es una mujer audaz, capaz de todo, de mentir, sobornar, y hasta de matar por tener a Dick sólo para ella. La última hora de la película es realmente sensacional. Por qué no hacen películas así ahora en Hollywood.
Perversidad (Scarlet Street)
(Dirigido por Fritz Lang – USA 1945)
¿Cuánto tiempo te lleva pintar un cuadro?
A veces un día. A veces un año. No se puede decir, un cuadro va brotando.
¿Es que un cuadro puede brotar?
El sentimiento si. Eso es lo importante, el sentimiento. Y yo por ejemplo, bueno, a mi nadie me enseño a dibujar. Trazo una línea alrededor de lo que siento al ver las cosas.
Si entiendo.
Es como …. enamorarse, supongo. Ya sabes. Conoces a alguien que se va haciendo importante hasta que no puedes pasar sin él. Yo creo que el arte es así. Cada cuadro puede ser una historia de amor.
El veterano contador Christopher Cross (Edward G. Robinson) recibe en una reunión, un reloj de oro con 17 rubíes por sus 25 años de trabajo. Su jefe lo llama viejo y leal amigo. Al despedirse, tanto Christopher como sus amigos de trabajo ven como el jefe se va con una joven rubia, que no es su esposa, a “pasarla bien”. Horas más tarde, el viejo Christopher conversa con un amigo y le comenta: ¿Cómo será que te quiera una preciosidad como esa?. Esa misma noche Christopher conoce a Katherine March (Joan Bennett) en una situación confusa, ella esta siendo golpeada y hasta pateada por un hombre. Christopher va con su paraguas a defender a la mujer. Él hombre huye, ellos dos están por tener una larga charla llena de mentiras por parte de ambos. Ella dice ser actriz cuando en realidad es prostituta y quien le pegaba era su caficho y amante Johnny (Dan Duryea) por sólo haber conseguido 15 dólares esa noche. Christopher dice ser pintor cuando esa es sólo su gran pasión y afición, pero el tiempo lo dedica a ser contador en una gran empresa, hay otro detalle él es un hombre casado.
A partir de esa noche Christopher cree que la esta enamorando y a la vez enamorándose de Katherine. Pero las cosas no son así, Jhonny se ha enterado de la existencia de Christopher y la convence a Katherine que le saque el mayor dinero posible y que además le ponga un departamento. Christopher esta haciendo realidad sus sueños locos de estar con una preciosidad a costa de robar en su empresa y robarle a su esposa.
Christopher no es feliz con su esposa, ella le hace lavar los platos, preparar la comida, le para regañando por hacer pinturas que según ella son horribles. Christopher esta harto de ella.
Por su parte Katherine es constantemente maltratada, cacheteada, humillada por Johnny pero eso a ella le gusta, le fascina Johnny y eso lo aprovecha él para sacarle plata a ella a través del viejo Christopher.
Un día a Christopher se le ocurre que se puede casar con Katherine. Pero él esta casado, sin embargo algo puede pasar, como él mismo dice. La película cobra un ritmo impresionante, Christopher cada vez es más ingenuo, Katherine cada vez más embustera y Johnny cada vez más basura. El final de la película realmente es uno de los más inesperados del cine, quedara grabado en las retinas para siempre.
La mujer del cuadro (The woman in the window)
(Dirigido por Fritz Lang – USA 1945)
A nuestra edad no debemos embarcarnos en aventuras que no podríamos soportar. En la fiscalía del distrito vemos lo que les pasa a ciertos hombres maduros que actúan como chicos. Y no bromeo al decir que en el momento menos pensado pueden surgir verdaderas tragedias de cualquier descuido, de cualquier minucia. Un impulso casual, una aventurilla, una copa de más. Los problemas empiezan por tonterías. Y a menudo por una tendencia latente.
El profesor Richard Wanley (Edward G. Robinson) enseña aspectos psicológicos del homicidio en el Golham College. Por unos días, su esposa e hijos salen de la ciudad. Richard camina por la ciudad luego de despedir a su esposa. De pronto observa un cuadro de una mujer que para su consideración es hermosísima. Dos amigos suyos lo ven en la calle así mirando el cuadro embrutecidamente y se ríen. Le dicen que ellos vieron primero el cuadro. Richard se pregunta quien será esa mujer. Por la noche vuelve en solitario a admirar la pintura y aparece la mujer (Joan Bennett) en persona. Parece una extraña coincidencia. Pareciera que surgiera una química en la conversación, al cabo de un par de horas están en el departamento de ella. Toman un par de copas, Richard nunca ha sido de aventuras pero ahora pareciera estar metido en una. Lo esta disfrutando hasta que la puerta se abre súbitamente y entra un hombre y los encuentra a los dos juntos. A ella le pega, a él lo comienza a tomar del cuello y proceder a querer asfixiarlo. La mujer le da una tijera puntiaguda al casi asfixiado Richard, él la clava en la espalda de dicho hombre una y otra vez. El hombre ha muerto, Richard se ha convertido en asesino, la mujer del cuadro en su cómplice. Richard que es experto en temas de homicidios traza un plan para que no se descubra la verdad, la idea es que no hayan testigos sin embargo hay un ex policía (Dan Duryea) que lograra descubrirla y empezara a chantajearlos. Richard piensa que se tiene que dar un nuevo homicidio, el del ex policía. Un problema le ha llevado a otro problema y así sucesivamente, logra salir bien de todo esto o como dicen lo que empieza mal, termina mal.
Otra vez Fritz Lang juntando a los 3 actores de Perversidad, o sea Robinson, Bennett y Duryea, creando una historia que cobra intensidad minuto a minuto.
Detour
(Dirigido por Edgar Ulmer – USA 1945)
Mi madre me enseño a no hablar con desconocidos.
Un hombre camina por la carretera en la oscuridad de la noche. Se llama Al Roberts (Tom Neal). En un rato más lo vemos en un café, con el rostro sudado, sin querer conversar con nadie, con la mirada triste, de pronto escucha en la rockola la canción “No puedo creer que estés enamorado de mi”. Ahí empieza la historia de Al, de pronto lo vemos tocando el piano, elegantemente vestido. Una rubia llamada Sue (Claudia Drake) canta la canción y lo acaricia, mientras la gente baila al compás de la melodía.
Al suele tocar a Chopin cuando el antro donde trabaja está vacío. Sue lo observa y lo admira. Salen a caminar y ella le cuenta que piensa ir a probar suerte a Hollywood, justo un rato antes él le dice porque no se casan. Ella le dice que primero “tienen que prosperar”. Para Al que ella se vaya a la meca del cine es lo más estúpido que ha oído en su vida y que ella esta tirando por la borda los planes de ambos. Ella dice quererlo, él ya no esta convencido.
Sue se marcha a Los Angeles. Al comienza a deprimirse. La solución que se le ocurre es irse también a Los Angeles, pero para lograr dicho propósito debe tirar dedo en la carretera. No tiene suficiente dinero para lograr su cometido de reunirse con Sue y casarse. Empieza entonces a tirar dedo y conoce todo tipo de gente, es conciente que es peligroso eso de estar de acompañante de un conductor desconocido. Una mañana le para un carro conducido por un hombre que acaba de ser agredido por una mujer. El chofer le habla sobre mujeres, sobre su trabajo y hasta de sus traumas de niñez. Al se limita a escucharlo y dar retroalimentación cada cierto tiempo. Se detienen a comer. Luego cambian de roles y Al es el conductor, pasan unas horas y lo ve al dueño del carro dormido. Como esta lloviendo, detiene el carro, y cuando va a subir la capota descubre que el dueño del carro se encuentra muerto. Lo primero que se le ocurre es tomar su identidad, su ropa, su billetera, todo incluido el carro. Sigue su camino hacia Los Angeles. Pasan como dos días cuando encuentra a una mujer que esta tirando dedo en el camino, se le ocurre subirla al carro. La mujer dice llamarse Vera (Ann Savage) y es el inicio, por no decir la continuación, de las pesadillas de Al. Esta mujer resulta ser la que lo había agredido al fallecido dueño de ese auto. Y ahora ¿qué va pasar con Al?. Vera empieza a decirle todo lo que va hacer de ahora en adelante. Se convierte en su jefa, se averigua la vida del muerto y descubre que tiene dinero, pone en marcha ideas para quedarse con el dinero del finado. Al ya esta en Hollywood pero es prácticamente el rehén de ella. No sabe como escapar y cuando lo intenta hacer, una nueva desgracia ocurre en su vida.
Nuevamente el suspenso se apodera de un clásico de los film noir.
Comentarios
Me reafirmo en que ha no se hace cine como el de antes.
Saludos y que tengas una estupenda semana.
Me ocurre como a Lola. Yo tampoco he visto aún "Detour". Bueno, tampoco sabía de su existencia. Tomo nota de ella.
Respecto a las otras tres... Mi admiración por Tierney es tanta que incluso la extremada perversidad de su personaje hace que me decante por "Que el cielo...", con permiso de Joan Bennett.
Un saludo cinéfilo.
P.D.: precisamente hace unos días estaba pensando en la película "La mujer del cuadro", mientras buscaba imágenes de películas de Fritz Lang.
http://vozenoff7.blogspot.com/
PD: Espero que no te moleste, te he cogido una imágen para mi crítica sobre "Detour" ;)