Las comedias de Francis Veber
(Dirigida por Francis Veber – Francia 1997)
Unos tipos con dinero organizan todos lo miércoles una cena donde cada uno de ellos lleva a un idiota. En dicha cena se burlan de su respectivo idiota haciéndolos hablar (en eso consiste el juego) y este ni siquiera sabe el propósito para él que ha sido convocado. Los idiotas mayormente piensan que sus ideas gustan estos tipos y por eso los invitan a esas cenas de ricos. Desconocen el objeto real de su presencia.
Pierre Brochant (Thierry Lhermitte) es dueño de la Editora Brochant y forma parte de los tipos que se burlan de los idiotas, cada miércoles. Un día se encuentra preocupado porque no consigue un idiota ideal para su cena más cercana.
Francois Pignon (Jacques Villeret) es un tipo apasionado por construir con palos de fósforos: torres, puentes colgantes, aviones, etc. Luego les toma fotos y presume ante la gente de sus creaciones. Un amigo de Pierre lo conoce a Francois, lo escucha, lo “mide” e inmediatamente lo llama por celular a Pierre y le comunica que ha conseguido al “campeón mundial de los idiotas”.
Brochant lo invita a cenar el miércoles a Pignon, sin embargo antes de la cena le dice que vaya a su casa. El propósito de “estudiarlo”. Todas las horas que pasen el miércoles juntos les servirán a ambos para aprender uno del otro acerca de la vida.
Salir del armario (Le Placard)
(Dirigida por Francis Veber – Francia 2000)
Continúa la saga de Francois Pignon. Esta vez es interpretado por Daniel Auteuil.
La empresa para la que trabaja Francois piensa botarlo. Sin querer queriendo, él se entera de la noticia en el baño (él estaba en el inodoro) cuando escucha hablar a Santini (Gerard Depardieu) que es jefe de recursos humanos. Francois es contador, no será muy divertido pero es un tipo honrado. El pobre hombre mira a la empresa, mientras se sirve un café. Esta triste, todos hablan de él a sus espaldas pero nadie le dice nada de frente a su cara. Llama a la casa de su ex-esposa pero ni ella ni su hijo quieren contestarle.
La buena noticia es que por la noche, encuentra en su departamento un mensaje telefónico de su ex-esposa, ella le dice que se recuperara y caerá de pie. Francois luego de escuchar el mensaje decide que sería mejor lanzarse desde el piso en que vive, para ver si es cierto que caerá de pie. Cuando esta a punto de consumar el suicidio, su vecino le dice que no lo haga. Su vecino se llama Jean Pierre Belone (Michel Aumont), va al departamento de Francois y lo obliga a que le cuente su historia, que hable, que lo bote todo, a él la gente silenciosa le da miedo. Francois le cuenta que su mujer lo dejo, su hijo de 17 años no lo tiene y su trabajo lo acaba de perder, ya su vida no tiene interés. Jean Pierre le escucha con mucha atención, le cuenta que alguna vez trabajo como psicólogo y con el paso de la noche va pensar en una salida para que no lo boten del trabajo.
Al otro día, Jean Pierre lo busca a Francois y le dice que ya tiene la solución: Que salga del armario. Ocurre el siguiente diálogo:
Jean Pierre: Si quiere conservar su trabajo….. Salga del armario.
Francois: ¿Cómo?
Jean Pierre: Reconozca su homosexualidad.
Francois: ¡No soy homosexual!
Jean Pierre: No importa. Lo importante es que lo crean, sobre todo su jefe.
Jean Pierre manda unas fotos anónimas a la empresa de Pignon. En ellas ha mezclado la cara de Francois con las de unos homosexuales. Una secretaria recibe las fotos en un sobre, luego le cuenta a otra, esta llama por teléfono a otra y así rápidamente toda la empresa sabe de los “gustos” de Francois. El problema surge para la alta gerencia que pensaba echarlo y ahora no pueden porque su producto estrella son los preservativos.
Esta segunda parte de la saga de Francois Pignon es la más graciosa. No paras de reír.
El juego de los idiotas (La doublure)
(Dirigida por Francis Veber – Francia 2006)
Tercera parte de la saga de Francois Pignon. Esta vez es interpretado por Gad Elmaleh.
Esta vez Francois es el Acomodador de un Valet Parking de un hotel de lujo. Lleva una vida tranquila. Un día decide proponerle matrimonio a su enamorada (Virginia Ledoyen), la lleva a un restaurante y le da un anillo. Ella le pregunta por qué quiere casarse. Él le dice que porque la ama. Ella le dice que todavía no piensa en casarse, eso será después, más adelante.
Francois está destrozado. De pronto ocurre algo que puede cambiar su vida. Un millonario tiene una amante (modelo famosa) que pretende dejarlo porque este lleva tiempo con el cuento del divorcio de su mujer. Un paparazzi le ha tomado fotos discutiendo con su amante en la calle, pero en una de ellas justamente caminaba Francois (y se le observaba al lado de la amante). Esta situación provoca que al abogado del millonario se le ocurra una idea disparatada, hacer creer a la “cornuda” que el verdadero novio de la mujer de la foto es Francois.
¡Que te calles! (Tais Toi)
(Dirigida por Francis Veber – Francia 2003)
Quentin (Gerard Depardieu) es un ladrón que acaba de robar un Banco. La policía lo chapa en un cine viendo una película para niños (La era del Hielo). Una vez encarcelado, descubren que es un tipo que no para de hablar, que tiene una mente limitada pero que no esta loco. Eso si, tiene la capacidad de volver locos a todos aquellos a los que le ponen como compañeros de celda.
Ruby (Jean Reno) es otro ladrón, pero no roba cualquier Banco, es más fino y hace robos en asociación con la mafia. Es atrapado y encarcelado, si en algo se diferencia de Quentin es que no habla para nada.
La policía descubre que existe un tal Quentin que vuelve locos a los reos de tanto hablar, esta es la oportunidad para que Ruby hable. Los colocan juntos, en la misma celda. Por supuesto que Quentin dale que dale hablando, Ruby pareciera una estatua y no habla nada en absoluto. Los policías han puesto unos micrófonos pensando que Ruby va quebrarse y hablar, sin embargo eso no ocurre. Es más Quentin esta feliz y se comienza a encariñar con su compañero de celda.
Director de Penal: ¿Cómo estás, Quentin?
Quentin: Muy bien, Sr. Director.
Director de Penal: ¿Te llevas bien con tu nuevo amigo?
Quentin: Muy bien, es formidable, se interesa en todo.
Director de Penal: Sin embargo, no habla mucho.
Quentin: No, pero escucha. Puedes decir cualquier cosa y jamás dice: ¡Calla!. Hablo todo lo que quiera y él escucha. Es mi amigo.
El día que Quentin decide escapar de la cárcel. Se lleva consigo al callado Ruby. Este por fin empieza a hablar. No quiere saber nada con Quentin. Pero para este último, este es su único amigo, según él.
Lo más sorprendente del filme es su final inesperado.
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