Crímenes y Pecados (Crimes and Misdemeanors)
No hay segundas oportunidades, excepto para el
remordimiento.
Carlos Ruiz Zafón
Judah Rosenthal (Martin Landau) es un oftalmólogo renombrado
en la sociedad, tiene la familia perfecta, dinero le sobra, pero al parecer en
el tema del amor tiene problemas. Le es insuficiente su esposa con la que tiene
25 años de casados, por eso los últimos 24 meses ha mantenido una relación
paralela con una mujer joven llamada Dolores Paley (Anjelica Huston).
Si bien no ha tenido problemas hasta ahora, Dolores ya
quiere algo serio. Él entonces decide cortar la relación, sin embargo ella está
dispuesta a todo con tal de que él sea para ella y solo para ella. Nada de que
la terminen, ella debe quedarse con él por siempre y si para ello es preciso
chantajearlo, ni modo habrá que hacerlo. Ahora Judah se ve envuelto en todo un
tema existencial donde debe tomar una decisión ¿contarle o no contarle a su “aparentemente”
feliz esposa?
“Crímenes y Pecados” es de esas películas que podemos llamar
Obras Maestras. En una hora y media teje a pulso la historia de un hombre que
vive atormentado por el adulterio cometido. Sus principios, recuerdos de niñez,
religión, todo lo afecta. Allen inclusive se da el lujo de explicar el tema del
amor con un personaje paralelo al principal, casualidades de la vida,
interpretado por él mismo.
Los diálogos, como en muchas de las obras de Allen, son
estupendos. Desde el inicio de la película te atrapan. Todo nos lleva a un
final reflexivo y muy realista. Allen en estado puro y magistral.
Comentarios
Y es que para el remordimiento hay mil millones de oportunidades, no sólo dos, para torturarnos de por vida...
Feliz domingo, compatriota.
Saludos