Una historia de coaching cercana a la navidad

Megamente
(Dirigida por Tom McGrath – USA 2010)


Es curioso supongo que el destino no es la senda que se nos da, si no la senda que uno elige para si mismo.


La historia de Megamente empieza cuando tiene apenas días de nacido y es enviado de un planeta de seres azules hacia el planeta tierra. En el camino y también en una cápsula otro bebe, que en el futuro se hará llamar Metroman, también es enviado al planeta tierra.

Mientras que Metroman cae su cápsula en una casa de una familia rica. Megamente cae en el patio de la prisión de Criminales Super Dotados de Metro City. Cuando van creciendo, Metroman es el engreído de todos tanto en su casa como en el colegio. En el caso de Megamente, el pobre es enviado a estudiar en un colegio donde es considerado el apestado, el excluido, la oveja negra, el que ponen en la esquina del salón de clase por mala conducta.
Megamente se siente mal, deprimido porque no tiene un objetivo en su vida. De pronto se traza una primera meta que piensa es la correcta, ella consiste en ser el chico más malo de todo el mundo. Él como el villano y Metroman como su eterno rival.

Pasan los años y siempre Metroman gana las peleas entre ambos y es el salvador al que admiran todos los habitantes en Metro City, en especial una reportera de nombre Roxanne. Un día que se va inaugurar el museo en honor a Metroman, ocurre una desgracia. Megamente le tiende una trampa a Metroman y logra aniquilarlo. La ciudad de pronto se debate entre el mal y mal, ya no existe el bien que era representado por Metroman. El tiempo pasa y Megamente se pone a realizar pensamientos existenciales como “ Lo tengo todo pero no tengo nada”, “¿Por qué me siento infeliz?”. Megamente extraña a Metroman.

Megamente traza un segundo objetivo en su vida que también piensa que es el correcto. Crear un héroe que pueda ser el sucesor de Metroman, sólo necesita parte de su adn y encontrar un hombre de noble corazón y mente. Este héroe va ser el nuevo símbolo del bien, le va convenir a Megamente porque él es el símbolo del mal. Su idea falla porque al pobre hombre común y silvestre al que transforma en héroe es un joven camarógrafo. Hank, que en vez de querer ser el súper héroe bueno pretende ser como Megamente, o sea malo. Es más le manifiesta que pueden unir sus fuerzas para dominar la ciudad con sus macabros planes. Hank ahora llamado Titán hace estragos en la ciudad. A Megamente le ha ido mal con su segundo objetivo en la vida.
Megamente reflexiona bien y traza un tercer objetivo en su vida, descubrir cuál es su vocación. Comprende que no debe ser un villano y convertirse en el nuevo héroe que necesita la ciudad. Para llegar a tomar mejores opciones para su vida, interviene el amor, si el amor que siente por la periodista Roxanne. Megamente sabe que por fin tiene una razón para ganar: el amor de Roxanne.

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