(Dirigido por Volker Schlondorff – USA 1985) Es duro reconocer un fracaso Willy Loman (Dustin Hoffman) tiene 60 años de edad y pareciera que anduviera despistado, con la cabeza en otro lado. Durante más de 40 años ha dedicado su vida a ser un vendedor que viaja de estado en estado, no ha tenido descanso, siempre afanado a ver cómo ganar una comisión que le permita solventar los gastos de la casa. Willy se siente viejo y fastidiado de tener tantos sueños rotos, él quería que sus hijos triunfaran en la vida pero no, parece que esta se lo hubiera negado. Por algún motivo Willy dice que su hijo Biff lo odia pero no manifiesta el por qué. Biff (John Malkovich), el hijo mayor (34), ha trabajado desde que terminó el Bachillerato haciendo de todo pero todavía no se encuentra así mismo. Es un idealista que se comporta como niño, siempre soñando, medio poeta y gusta perseguir mujeres por lo cual no se ha casado. La gente, a la que le encanta juzgar a los demás, lo tilda de loc